Esta técnica combina la discusión limitada con el voto silencioso y sistemático del grupo para ayudar a conseguir un rápido consenso. Es por esto, que una de sus características es el ser altamente estructurada, ya que se deben seguir unos pasos determinados para su correcta realización.
Como punto de partida, se deberá nombrar a un facilitador, que será el responsable de dar los lineamientos a los participantes. El grupo no debe estar compuesto por más de 10 o 12 personas.
Fases o pasos a seguir:
- Definir el problema: el problema deberá ser claramente definido y entendido al principio de la sesión. El facilitador debe escribirlo en una pizarra o una cartulina de tal manera que todos puedan verlo, utilizando una frase corta pero completa.
- Libre generación de ideas: cada integrante del grupo deberá escribir sus ideas de manera silenciosa e independiente en el tiempo determinado por el facilitador, se recomienda que sea entre 5 y 10 minutos. Las ideas deberán ser una pocas palabras o una frase corta.
- Recolección de ideas: en esta fase cada miembro va expresando sus ideas, de a una por vez, utilizando la técnica de ronda en orden. Una vez que se termina la primera ronda de ideas, se continúa con una segunda y así hasta que los participantes expresen todas sus ideas. El facilitador deberá ir transcribiendo en la pizarra o cartulina pegada en la pared las ideas que se van presentando, sin repetir ideas iguales. No se permite en esta fase que el grupo de opiniones sobre las ideas, sólo se recopilan.
- Clarificación de las ideas: en esta fase el facilitador lee en vos alta cada idea y pregunta al grupo si se entiende. Si alguien desconoce el significado de alguna idea, el facilitador pide al resto del grupo si alguien puede explicarla. Una vez clarificada la idea se procede con la siguiente y así hasta completar la lista. El objetivo de esta fase es clarificar cualquier duda sobre el significado de una idea, más no consiste en convencer o imponer algún punto de vista. Es aquí cuando el grupo puede decidir eliminar o añadir alguna idea.
- Jerarquización de las ideas: El facilitador entrega a cada participante unos pedazos de papel, luego cada persona silenciosa e independientemente debe escoger, de todas las ideas recolectadas, las que considere que resuelvan mejor el problema. Se le pide al grupo que escriba una idea en cada pedazo de papel y luego que las jerarquizen, asignándole el número 1 a la mejor, 2 a la segunda mejor idea y así sucesivamente. Mientras más alto el número, menos importante es la idea para la persona que está votando silenciosamente. Si existe una lista muy alta de ideas, el grupo puede calificar únicamente la mitad más uno de las ideas.
- Conteo de puntajes: se suman los puntos otorgados a cada idea y se obtiene el resultado final. El grupo decide quedarse con las tres ideas que han tenido mejor puntaje. Si existen ideas con igual puntaje también se consideran.
En las últimas dos décadas ha demostrado ser una metodología sumamente eficaz para ser utilizada como medio para tomar decisiones, buscar una solución a una situación en particular o para efectuar un diagnóstico sobre un problema que afecte a un grupo. Esto es debido al gran número de ventajas con las que cuenta:
- Se logra un alto grado de consenso,
- Reduce la probabilidad de aparición de conflictos,
- Se equilibra la participación, ya que todos los integrantes del grupo cristalizan sus opiniones,
- Permite la proliferación de un buen número de ideas,
- Garantiza que el éxito de las ideas no dependen de la brillantez en la exposición de las mismas,
- Se obtiene una idea clara de las opiniones del grupo,
- Permite tomar decisiones en común.
Basado en: www.eficienciagerencial.com
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